Miércoles 1 de mayo de 2013
(Gabinete de prensa de CCOO de Madrid / CCOO) Las amenazas meteorológicas se mezclaron en el 1º de Mayo con las amenazas de unos recortes que quieren acabar con todo. Por ello, un año más, decenas de miles de personas salieron a las calles para celebrar la fiesta de los trabajadores y trabajadores en un momento marcado por el desempleo y unos recortes que no tienen límite. Una vez más, Madrid lideró las reivindicaciones con más de 40.000 personas para demandar a los gobiernos regional y central el fin de los recortes, y empleo con derechos.
Una cifra: 6.202.700 personas paradas (casi 700.000 en la Comunidad de Madrid) estaban en la mente de sindicalistas y manifestantes; una cifra que no hace reaccionar a un gobierno cada vez con los pies más de barro.
Pero además de la trágica cifra…, cientos de ERE impuestos e injustos, desaparición del sistema público sanitario y educativo, corrupción en la Casa Real, en el partido del Gobierno, desahucios, estafas bancarias… La humillación a la ciudadanía en todos los frentes estuvo presente en este Primero de Mayo reivindicativo, pero poco festivo.
En su intervención, el secretario general de CCOO de Madrid, Jaime Cedrún, tuvo un reconocimiento muy especial para “quienes luchan día a día en esa batalla implacable contra la reforma laboral, a todos los que pelean por sus convenios, a todos los que luchan contra expedientes de regulación injustos, a todos los que luchan por el empleo en todos los lugares donde damos la batalla, y en primer lugar en la empresa”.
Fue muy crítico Cedrún con aquella parte del empresariado, “ventajista y oportunista”, que quiere que más de cuatrocientos mil madrileños se queden sin convenio el próximo 7 de julio. Ese empresariado que está provocando que crezcan los accidentes laborales no declarados y que en aplicación de la reforma laboral permite que un tercio de los trabajadores vayan enfermos a trabajar.
Con este panorama, el secretario general de CCOO de Madrid llamó a la movilización: “Vamos a luchar por los convenios, por la negociación colectiva y porque esta reforma laboral del despido y de la contratación eventual se vaya al cubo de la basura”.
Criticó Cedrún que el Gobierno no vaya a cambiar y que además pida paciencia, una paciencia que se entiende pueden tener los amigos de Rajoy, o los banqueros, o Bárcenas; pero que el común del ciudadano no puede tener: “No puede ser paciente una persona que está en paro y que le dicen que no va a tener oportunidades, ni prestación, no puede ser paciente un desahuciado abocado a la exclusión; no pueden ser pacientes niños y niñas que empiezan a estar infraalimentados”.
En este sentido denunció que lo que el Gobierno quiere es tiempo para seguir con sus programas, “para que Wert siga con su contrarreforma educativa, cuajada de elementos de nacionalcatolicismo; quieren tiempo para desmontar el sistema sanitario” sin que existan razones económicas para ello, “sólo cuestiones doctrinarias y de pelotazo”.
También tuvo palabras para Gallardón, que “quiere devolver a las mujeres a la clandestinidad si quieren interrumpir su embarazo”; y para Montoro y de Guindos, que “quieren cargarse la democracia municipal; destruir los ayuntamientos, destrozar el empleo y cargarse los servicios municipales”.
Jaime Cedrún concluyó exigiendo al Gobierno que cambie, “y si no son capaces que pida ayuda, y si no piden ayuda, que se vayan”.
Con voz de mujer
En Madrid el Primero de Mayo tuvo rostro y alma de mujer con la voz de Pilar Morales, secretaria de Mujer de CCOO de Madrid. Morales presentó las intervenciones al finalizar la manifestación que transcurrió de Neptuno a Sol.
Pilar Morales recordó a las personas que no pudieron asistir a la manifestación, “como las veinticinco mujeres asesinadas por violencia de género este año; ni las personas que por desesperación se han suicidado; ni las más de cuatrocientas personas que han sido asesinadas en Bangladesh por terrorismo empresarial”.
En su contundente presentación, Morales también respondió a esa pregunta retórica y malintencionada que tanto oímos, “¿dónde están los sindicatos?” Y bien alto lo explicó: “Estamos donde tenemos que estar. En todas partes. En los centros de trabajo; en la marea verde; en la marea blanca; en la marea negra; en el océano de protesta contra la corrupción , los recortes y el mal gobierno”. E ironizó: “¡Que se vayan a externalizarse en diferido de una vez, especialmente la ministra de desempleo, que como no ha trabajado nunca no sabe ni donde está, ni lo que hace, ni lo que dice”.
La presentadora del acto recordó que este Primero de Mayo también les habría gustado protestar a las compañeras de las grandes superficies que les obligan a trabajar todos los festivos “por un salario de mierda”.
Y advirtió a renglón seguido: “Vamos a estar contra la LOMCE del ministro Wert, que se prepare, porque está planteando una ley machista que va a dejar a la juventud con el encefalograma plano”.
Concluyó este breve repaso con un recordatorio al ministro de Justicia, Alberto Ruiz- Gallardón: “No vamos a permitir que el aborto sea una cadena más para las mujeres".
"Hay alternativas al desempleo y la recesión. Este drama tiene que tener punto y final"
Más de un millón de personas, según anunció el secretario general de CCOO - se han manifestado este 1º de Mayo en toda España. Una marea roja ha llenado las calles de setenta y siete ciudades bajo el lema "Lucha por tus derechos" para protestar contra unas políticas económicas que han provocado que el paro haya rebasado la cifra de 6 millones de personas. "Hay 6, 2 millones de razones", proclamó Toxo al término de la manifestación celebrada en Madrid, "que justifican las movilizaciones contra unas políticas injustas y suicidas".
“Más de un millón de trabajadores hemos salido a las calles a decir ¡basta, ya! a unas políticas económicas inspiradas en una austeridad que, a mayor gloria de Alemania, en beneficio de los bancos alemanes, y no de la ciudadanía, está profundizando la recesión y el paro”, afirmó el secretario general de CCOO en la Puerta del Sol, donde concluyó la manifestación de Madrid, que pese al mal tiempo y el largo puente contó con una nutrida participación.
Toxo, que comenzó su discurso recordando a las víctimas, en su mayoría mujeres, del derrumbe en Bangladesh de un edifico de talleres textiles, víctimas de “una globalización económica sin globalización de derechos”, denunció que este es el modelo que se quiere extender a Europa para hacernos retroceder décadas.
Para Toxo, las manifestaciones que se han celebrado este 1 de mayo representan un clamor contra unas políticas injustas y suicidas y, en este sentido, ha exigido al Presidente del Ejecutivo, acostumbrado a gobernar mediante decreto ley sin escuchar al Parlamento ni a la gente, que “cambie de política o cambie de Gobierno” y escuche de una vez a la inmensa mayoría de la ciudadanía.
“Hay que cambiar las políticas, si no se siente capaz (por Rajoy) que convoque de forma urgente a los partidos y agentes sociales porque este país merece una oportunidad” aseveró, reclamando en este sentido un gran acuerdo por el empleo que ponga punto final al drama del desempleo y de millones de personas que no tienen ningún tipo de protección cocial. “Hay alternativas, si no hay soluciones desde el Gobierno, habrá movilizaciones, tantas como hagan” falta, finalizó.
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez denunció que el Gobierno "no puede continuar con esta dejación de responsabilidad" y aseguró que está paralizado.
“Los malos tiempos absorben las energías y llenan los pensamientos”, proclamó, para añadir que movilizaciones como la de hoy están encaminadas a “combatir esa erosión moral” que está provocando la crisis en la ciudadanía.
Toxo y Méndez destacaron la elevada tasa de paro juvenil existente en España y criticaron que desde el Gobierno se tilde la salida de jóvenes al extranjero en busca de un empleo de “movilidad exterior”.
En esa misma dirección se ha manifestado con una dura intervención el secretario general de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez, quien ha pedido la “dimisión” del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas si no convoca un referéndum sobre su política económica.
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